Quisiera compartir con vosotros un relato que me contaron hace mucho tiempo (tanto que en aquel momento no alcanzaba a entenderlo) y que hoy he podido rescatar gracias a las nuevas tecnologías.
Es una breve anécdota histórica que nos recuerda la importancia que el estudio del Latín, tiene sobre nuestra Lengua.
Cuentan las crónicas parlamentarias, en las antiguas Cortes franquistas, que a finales de los años cincuenta o principios de los sesenta del pasado siglo XX, don José Solís Ruiz, entonces Ministro Secretario General del Movimiento, defendía un proyecto de ley para aumentar el número de horas dedicadas al deporte en los colegios, en detrimento del estudio de las lenguas clásicas (del latín concretamente).
En medio del discurso se preguntó:
"¿porque en definitiva para qué sirve hoy el latín?"
Don Adolfo Muñoz Alonso, natural de Valladolid, profesor de la Universidad Complutense y amante de la cultura, no pudo contenerse y desde su escaño increpó al Sr.Solis;
"Por de pronto, señor ministro, para que a Su Señoría, que ha nacido en Cabra, le llamen egabrense y no otra cosa." (entiéndase cabrón).
Hay que decir para comprender la totalidad de la anécdota que a los naturales de Cabra, pueblo de la provincia de Córdoba, se les llama egabrenses, por ser esta villa la antigua Egabro romana, y a la que los musulmanes llamaron Qabra, por ser este nombre el producto de la adaptación del nombre Egabro a la lengua árabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario