El último domingo del año cené en casa de una amiga, después de los aperitivos tocó el brindis de despedida con una nueva bebida, obsequio de nuestra anfitriona, que obviamente después pediría nuestra opinión. Personalmente no me desagradó aunque tampoco me entusiasmó su sabor, para describirla pensé en "bebible" pero me sonaba mal, no sabía si existía ese adjetivo, así que no dije nada.
Cuando llegué a casa para salir de dudas busqué bebible por Internet y me apareció recogida en la RAE; sin embargo, opté por buscar algunos sinónimos para evitar su uso ya que me seguía sonando raro; pero en el momento en el que leí que la palabra "bebestible" existía, bebible me resultó más normal. Acepto que exista comestible, pero ¿bebestible? Me sonó a una de las palabras propias del idioma Chamicuro.
También es cierto que si existe comestible, con el verbo beber se podría emplear la misma regla. Era la primera vez que escuchaba ese adjetivo; no obstante, seguí buscando sobre este tipo de expresiones y de página en página, acabé en una muy interesante la cual hablaba de todas aquellas palabras etiquetadas como "incorrectas" que venían recogidas en la RAE, como tiquismiquis, correveidile, estadounidismo, murciégalo, espanglish y más así «¿o se escribía asín? estoy hecha un lío». Seguí en mi línea de búsqueda verificando su existencia y todas están aceptadas.
El uso extendido es lo que ha ocasionado que se redefinen algunas palabras como agora en lugar de ahora. ¿Consentirán que "hay", "ahí" y "ay" se escriba al gusto del consumidor?
¡Feliz año nuevo!
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