domingo, 27 de octubre de 2013

Errores en nuestro vocabulario cotidiano

Hoy en día, cometemos infinidad de errores en el léxico de nuestra lengua, quizás lo hagamos de forma inconsciente, o simplemente lo hayamos adquirido con el paso de los años de las personas que nos rodean y del entorno en el que vivimos. Seguidamente, muestro una lista de varias de estas equivocaciones tan frecuentes en nuestra vida diaria:

-Estauta, en lugar de decir estatua.
-Naiden, en lugar de nadie.
-Haiga, en lugar de haya.
-Venéis, en lugar de venís.
-Seis, en lugar de seáis.
-Decidas, en lugar de dichas.
-Agüelo, en lugar de abuelo.
-Abujero, en lugar de agujero.
-Sepo, en lugar de sé.
-Cabo, en vez de quepo.
-Dormiendo, en vez de durmiendo.
-Veniste, en vez de viniste.
-Oyo, en vez de oigo.
-Trempano, en vez de temprano.
-Esquivocado, en vez de equivocado.
-Cocretas, en vez de croquetas.
-Fuera sido, en vez de hubiera sido.
-Sotea, en vez de azotea.
-Parcitipativo, en vez de participativo. 

Estos ejemplos, de entre tantos, son para mí las confusiones más habituales, ya que las he escuchado en varias ocasiones, e incluso yo mismo he dicho alguna de ellas más de una vez.

viernes, 18 de octubre de 2013

Como ya se comentó el miércoles en clase, aquí tenéis un capítulo de AIDA en el que se muestra lo "compentente" que es Lorena (Ana M. Polvorosa) cuando se comunica con los demás. Os dejo el enlace del capítulo completo y, puesto que el cronómetro marca una cuenta atrás, "El sábado de Lorena" comienza en el minuto 39:19. www.mitele.es/series-online/aida/temporada-6/capitulo-95/

martes, 15 de octubre de 2013

¿QUÉ ES EL QUEÍSMO?

Una de las equivocaciones más comunes que cometemos diariamente y de manera inconsciente ; ya sea en las redes sociales , en el habla o en la producción escrita ;es el queísmo.
El queísmo es , pues, la omisión de una preposición  (generalmente de o en) exigida por : un verbo que se construye con un complemento de régimen (darse cuenta  de algo) ,un sustantivo ( no cabe duda de que) ,un adjetivo que lleva un complemento preposicional (estar seguro de algo),o una locución (a pesar de que).

Por tanto las siguientes oraciones se consideran incorrectas:
-Me alegro que haya venido (Alegrarse de algo).
-Confío que me llamará (Confiar en algo).
-Tengo ganas que llueva (tener ganas de algo).
-Insistió que nos quedáramos a comer (Insistir en algo).
 
Una manera de determinar si el uso de la preposición es necesario es convirtiendo el enunciado en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. ¿De qué me alegro? (Me alegro DE que…)

Por último, relacionando el español con nuestro grado de estudios franceses cabría decir que el francés no permite el encuentro de la preposición "de" con la conjunción "que".

-Je suis convaincu qu'il m'appellera (estoy convencido de que me llamará).


viernes, 4 de octubre de 2013

Aprende de manera sencilla

Cuando era estudiante de 4º de ESO un profesor me enseñó un truco para no confundir tres palabras que nos dan quebraderos de cabeza pero espero que a partir de ahora ya no sea así.
El truco era el siguiente: si eres capaz de escribir " Ahí hay un hombre que dice ¡ay! " sin cometer faltas o confundir uno con otro sabrás distinguirlos siempre. La diferencia entre ellos es que "ahí" es un adverbio de lugar y no se debe confundir con "hay" (una forma del verbo haber) ni con "¡ay!" (interjección).
Espero que os resulte útil.

martes, 1 de octubre de 2013

Construir un diccionario histórico requiere —también hoy— de una paciencia infinita, porque las palabras se anudan unas a otras y a veces la cuerda que las enlaza no se termina nunca. El cañón denominado “lombarda” (seguramente porque procedía de Italia) se transformará a partir del siglo<TH>XV en “bombarda”, y de ahí saldrán luego “bombardear”, “bombardero” o “bombardeo”, y hasta se llegará regresivamente a dotar a “bomba” de la acepción de “proyectil”, distinta de aquella que servía para garantizar el riego. De modo que un fino cordel anuda a la lombarda, al avión que bombardea, al que lanza las bombas y al que se apunta a un bombardeo; mientras que por otro lado se enlazan la bomba hidráulica y quien la maneja, que ya no es un bombardero sino un bombero. El fuego y el agua se intercalan en la historia de la palabra.