viernes, 18 de enero de 2013

Gentilicios en nuestra lengua


Siendo España un territorio de tal variedad geográfica y léxica, a menudo nos encontramos en duda al intentar referirnos a otra persona por su gentilicio.

El gentilicio o demónimo, como ya sabéis, es el término para referirse a un individuo en referencia a su origen, ya sea por barrio, pueblo, ciudad, región, entidad política, provincia, país... Proviene del latín gentilitius, sustantivo que, a su vez, proviene de la palabra latina gens: raíz, cepa, estirpe, linaje.
Pese a presentar multitud de irregularidades, la forma más común de formación del gentilicio es raíz + sufijos. De hecho, en muchas ocasiones formamos así gentilicios que no están contemplados en la RAE y que nosotros, apremiados por la urgencia momento, decidimos crear.

Me he dedicado a buscar una lista de los gentilicios más curiosos, esos que nunca se os vienen a la cabeza cuando los necesitáis, y aquellos que en más de una ocasión he visto inventar. Helos aquí, en estricto orden alfabético:

Badajoz
pacense, badajocense, badajoceño, beturiense
Cabrera
caprariense
Cáceres
cacereño, norbiense
Castellón
castellonense
Ceuta
ceutí, septense
Cuenca
cuencano, conquense
Fuerteventura
majorero
Guadalajara
caracense, carriacense, arriacense, guadalajareño, alcarreño
Hierro
herreño
Huesca
oscense
Huelva
onubense
Jaén
jienense
Lugo
lucense, luqués
Orense
orensano, auriense
Oviedo
ovetense
Palencia
palentino
Palma de Mallorca
palmesano, palmense
Santa Cruz de Tenerife
tinerfeño
Santander
santanderino, montañés, santanderense
Tarragona
tarraconense
Teruel
turolense, turboleta
Valladolid
vallisoletano

Y en una nota aparte, yo nací en un pueblo de Córdoba que se llama Cabra.

Antes de que os vengan a la cabeza los comentarios guasones, el gentilicio es egabrense.

Saludos.

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