viernes, 25 de enero de 2013

UNA CURIOSIDAD LINGÜÍSTICA (Salamo Brahim Salem)



Los idiomas cambian a lo largo de la historia y las culturas los modifican con la llegada de nuevas palabras, la desaparición de otras en desuso y, muchas veces, con los movimientos de las distintas culturas en su afán de descubrimiento y aventuras. Es el caso de la lengua castellana que cambió bastante con el descubrimiento de América y la llegada de nuevos productos como el cacao. Aquí tienes algunas palabras que adoptamos e incluimos en nuestro vocabulario a partir de lenguas nativas.

Los marinos de Colón llevaron a América el español y a la vez adoptaron para nuestro idioma muchas voces provenientes de lenguas nativas. La primera que importamos fue canoa, y luego vinieron tiburón, cacao, mazorca, puma, tucán, tapir... Del araucano, idioma de los mapuches, proceden batata, tabaco, maíz o guacamayo; del náhuatl, que se hablaba en México, aguacate, cacahuete, cacao y tomate; y del quechua, originario de los Andes, heredamos cóndor, llama o vicuña.

El lingüista José Moreno de Alba, autor de El español en América, cita otras voces, como catire, que significa ‘rubio' en araucano; cilampa, ‘lluvia poco intensa' en quechua; o ñeque, ‘persona fuerte y vigorosa'. El chicle procede del náhuatl tzictli, pasta gomosa extraída de la corteza de un árbol que los indios mascaban durante horas.

 

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